Secciones

miércoles, 5 de octubre de 2011

Oh, Capitán, mi Capitán! Caricaturas.

Hola... y perdón por la larga ausencia!


Mi abuela decía que si tienes muchos calderos al fuego, alguno se te quema. Siempre tenía razón.

El caldero que se me ha quemado es el blog y la razón es wALTER&EGOn*, la tira cómica en la que últimamente vuelco mi esfuerzo creativo y que, para ser sincero, me ilusiona.


Suelen ilusionarme mis microproyectos pero éste lo hace especialmente. ¿Por qué? Porque cuando buscaba reescribir mis 'Pequeñas teorías sin contrastar' terminé haciendo esta tira... sin saber dibujar. Me gustó el reto.


No quiero contar mucho, ya la publicaré (si es que consigo material suficiente). Sólo decir que EGOn, el personaje humano, soy yo. Una caricatura de mí mismo: pelo rizado, gafas, gordo, siempre con camisetas negras... Y es bueno tener una caricatura de uno mismo, te ves desde fuera (aunque no con total objetividad) y eso ayuda.


Otras personas jamás se miran desde ese punto de vista. Y deberían.

Es una suerte de catarsis recomendable. Llegas incluso a anticipar situaciones... y te permite ser quien quieres ser.


Pues para eso no debería ser necesaria una caricatura. Sólo valor y creer en tus virtudes después de haber reconocido tus defectos y madurarlos (en barrica de roble, como una vez me comentaron)... llegues o no a conseguir todos y cada uno de los objetivos.


¿He resuelto algo con mi 'alter ego'? Claro que no, pero ahora está todo en marcha.



Busca tu caricatura... y preséntamela.




*El nombre de la tira cómica es idea de Cris Bonnet, una tía con más de un talento.

lunes, 25 de julio de 2011

¡Oh, Capitán, mi Capitán! La razón me asiste.

Si alguien sigue leyendo después del título, tendré tiempo de puntualizar que no voy a hablar del periódico, no me gusta la literatura de ciencia ficción.


Al contrario, quiero hablar de 'certezas en función de cada punto de vista'. Lo sé, es un contrasentido pero, a estas alturas, qué no lo es.


Todos creemos en incontables ocasiones tener la razón. Otras veces, las menos, aceptamos no estar en posesión de la verdad y admitimos opiniones ajenas, llegando -tal vez- a hacerlas nuestras o a conformar con sus datos y los nuestros, una opinión propia.


Hasta ahí todo normal. Lo malo es cuando creemos tener la razón sobre sentimientos o intenciones de otras personas, pasándonos por el forro lo que nos han dicho, es decir, llamándolos mentirosos. Claro que la gente miente y debemos aprender a no creer todo lo que nos cuenta pero, si se trata de 'sus cosas', sus intenciones, sus motivaciones, su voluntad... ¿para qué les pedimos opinión si no pensamos creerles? ¿Para pillarlos en una trampa producto de nuestra superior inteligencia?


Si tu respuesta es sí, te felicito. Has conseguido la autosuficiencia, no necesitas a los demás. Con tu pan te lo comas, 'cinturón negro de saber lo que pasa'. He estado en ese lado, sé de lo que hablo.


No quiero que se confunda esto con 'pensar por los demás'. Son cosas distintas: esto último es lo que se hace cuando evitamos preguntar (por no estar disponible la persona o porque, simplemente, nos resulta más cómodo). Lo anterior, lo de llamar mentiroso a alguien que habla sobre sí mismo, es peor... es triste.


Tengo la mala costumbre de creer a los demás... sólo por comodidad. Allá ell@s si construyen una relación conmigo basada en la mentira.


Lo peor de dejar o pedir que alguien se explique y no creerle es que consideras que tu tiempo y tus necesidades son más importantes que las suyas y eso nunca es cierto.


Si quieres tener la razón porque sueles tenerla, porque suelen dártela, porque -de nuevo- es más cómodo, te sugiero la opción pensar por la otra persona: móntate tu película, saca conclusiones y, para finalizar, toma maduras decisiones.


Eso sí, espero que tener tanta razón (cuantitativa y cualitativamente) te facilite ser capaz de asumir las consecuencias.


Plantéate una cosa: ahora que tienes la razón ¿de qué te sirve?

viernes, 24 de junio de 2011

microAhora que lo pienso... pies para qué os quiero.

Los pies son la prueba definitiva de la evolución de las especies... o de un Dios más 'flojo' que Carmen Lomana currando de albañil.

Eso no lo puede haber inventado alguien con dos dedos de frente (me refiero a los pies, aunque a la Lomana habría que estudiarla).
¿Qué acabado es ese? ¿Cómo llaman dedos a eso? Y luego, ¿quién dijo que lo que hay debajo es un puente? Puente es lo de San Francisco, o no currar el lunes si el martes es fiesta (y si tienes curro, claro).

Y es que los pies está diseñados para hacernos sufrir. ¿Cómo podemos golpearnos tantas veces en algo tan minúsculo como el dedo meñique? Yo he dejado de hacer la cama sólo para no darme más hostias ahí.
¿Y el 'huesito' del tobillo? Sí, el que va por dentro. Ahí también toca de cuando en cuando quedarse saltando del dolor.

Siguen los problemas: los pies, los de algun@s, huelen. Vale, puede ser un tema de probabilidad pero ¡es que todos huelen mal! ¿Por qué a nadie le huelen bien?

Eso está mal diseñado. En serio, cuando empiezas a caminar necesitas ortopedia porque si no se 'van para adentro'. El dedo meñique tiende a hacerse más pequeño, a desaparecer... ¿Para qué me pones piezas si después me las quitas?

Los pies sirven para poco: sirven para que Manolo Blahnik se forre, para que los de Neutrógena se forren... pero, últimamente, sirven sobre todo para que un montón de gente les haga fotos y nos obligue a verlas.

Recuerda, casi no me interesa dónde te vas de vacaciones (envidia porque este año no tendré)... Imagina lo que me preocupa dónde han estado tus pies.

Good news! No es obligatorio.

He hecho algunas averiguaciones y, tranquil@s, no es obligatorio sacarse fotos de los pies compulsivamente.

Y es que últimamente se ve tanto que pensé que era más una ley que una moda: pies junto a los carteles o monumentos famosos de las ciudades que visitas, pies mirando al sol, pies en el 15-M...


Por qué les ha dado por eso no lo sabré nunca. La buena noticia es que algunas personas, consideradas ellas, se han sumado a esta moda, ahorrándonos así el castigo de tener que ver su caretos que son, en muchos casos, más feos que sus pies.


Al final será cierto que hay un Dios.

Oh, Capitán, mi Capitán! Protagonismo inesperado.

Los pies somos como Falete y Rappel en una playa nudista: nadie nos mira. Durante la existencia del ser humano ha sido duro ser esa parte de su anatomía. No nos prestaba atención, no inventó la suela hasta mucho después de haber inventado cosas menos prácticas como la religión.

Poco a poco se dio cuenta de que incluso perdía batallas por no cuidar sus pies y decidió inventar la figura del podólogo, una de las profesiones menos satisfactorias después de la de mamporrero y deshollinador (si no eres el de Mary Poppins).


El calzado comenzó a ser importante, la pedicura se convirtió en un negocio a pesar de expresiones técnicas erróneas (desde nuestro punto de vista) tipo: 'te voy a hacer los pies'. ¿Hacérmelos? ¿Qué pasa, que no tengo? No me asustes.


En fin, todo esto ha desembocado en una cierta veneración al mundo podal: la comentada pedicura, la reflexología podal y, sobre todo, la incipiente -o no tanto- moda de fotografiarnos en cada lugar con cierto interés que pisamos.


Por nuestra parte nos alegramos de tener cierta consideración aunque en las webs porno nunca apareceremos en portada... ¿o sí?

miércoles, 13 de abril de 2011

Ahora que lo pienso... creo que prefiero estar enfermo.

La salud es como la erección: ¡no te preocupa hasta que la pierdes! Y es que la salud no le interesa a la gente. Bueno, algo sí le importa, aunque sea profesionalmente. Resulta muy interesante ver la cantidad de conocimientos médicos que tienen algunos y que les permiten empatar una baja laboral con otra. Hay casos documentados de ‘archivadorfobia’, ‘madrugonitis’ y, más recientemente, ‘escaqueoidosis’. En realidad, a esta gente, si se matricula en la Facultad de Medicina, deberían convalidarle hasta 4º, por lo menos. Y es que algunos ya podrían pasar por médicos de familia. Por cierto, ¿cuándo dejamos de llamarlos de cabecera? ¿Les dio una crisis de crecimiento? Les pasó lo mismo que a los vendedores: ahora quieren que los llamen comerciales, agentes comerciales… Vale, tío, lo que quieras, pero eres un vendedor. ¿Y las azafatas? Ahora son TCP, tripulantes de cabina de pasajeros. Ya. ­- ‘Perdona, tenemos formación para actuar en caso de accidente’, te dirán. Ya, supongo que te será de mucha ayuda el carrito de las bebidas y las posturitas para indicar las salidas de emergencia si se despresuriza el bicho este. Una vez que los profesionales de las bajas y los médicos de familia llegan a su consulta, tantos años de esfuerzo les sirven para reducir sus diagnósticos, todos, a dos: - Esto va a ser estrés. - ¿Va a ser? Y, ahora, ¿qué es? - Bah, tranquilo, tómatelo con calma, da paseos, vete de compras… - Vale, ¿me das la baja o sigo escapándome del Ayuntamiento para ir a Zara en la calle del Castillo? Si al final no es estrés… - Pues esto tiene toda la pinta de ser un virus. - ¿Cómo que toda la pinta de ser un virus? Pero si esas cosas son así de pequeñitas. ¿Cómo sabes tú qué pinta tienen? Y, es más, ¿UN virus? ¿Una sola de esas cosas me tiene así, sin ganas de ir a trabajar al Ayuntamiento ni nada? Anda, fírmame la baja que me voy a la farmacia a comprarme un par de cosas. Y es que no necesitamos su ayuda, la automedicación debe ser una asignatura obligatoria en la LOE que yo no tuve cuando estudiaba. Hace siglos que no voy al médico ni a la farmacia. Siempre hay un amigo que te ‘receta’ algo… y te lo da. - Tómate dos de estas y, si esta tarde no se te ha pasado, me llamas otra vez. ¡Para que luego llamen tráfico a lo de la marihuana! En realidad todo esto nos pasa por nuestro escaso nivel a la hora de hacer el estudio de cada caso. ¿Por qué? Por no tener una pizarra. ¿Has visto a House?: - A ver, ¿qué puede causar vómitos, temblor de manos, astenia, sequedad de las mucosas, reflujo gástrico, alopecia, sudoración excesiva y diarrea? En mi caso, la visita de mi suegra, pero tienes que ver a todos esos residentes levantando la mano y gritando: sarcoidosis, Hantington, envenenamiento por metales pesados... Pues no, va el House y, mientras tira una pelotita a la pared dice: Lupus. ¿Te impresiona lo de House? Eso es porque no conoces a mi madre. Desde Hipócrates hasta nuestros días, con resonancias magnéticas, TAC’s, medicina nuclear… mi madre resume eso en: ‘Jeito’ y ‘airón’. Si eres de fuera de Canarias seguro que conoces el nombre equivalente. El ‘airón’ abarca todo aquello que afecte a tu organismo como producto de cambios de temperatura, virus, bacterias, fiebres, constipados, gripes… Prevención: estudios científicos determinan que con la técnica MLCBs (mójate los labios y cierra la boca al salir). Infalible. Tratamiento: aguas (infusiones), pijama, manta y a sudar. Sociedades avanzadas incluyen Vicks VapoRub (tuve que buscar en Google cómo se escribía esto). El ‘jeito’ es más complejo y comprende lesiones que van desde el esguince, la contractura (las madres lo llaman ‘cuerda montada’) hasta las fracturas y luxaciones.

Prevención: estarse quieto y evitar escuchar de tu madre: "te lo dije, ¿no te dije que te ibas a caer? Pero, claro, como yo le hablo a las paredes"… Tratamiento: friegas con alcohol (sí, las madres creen que ‘restregar’ un hueso partido puede unirlo de nuevo) o llevarte al curandero.


Seas médico aficionado, House o madre, haz lo mismo que si quieres una reforma en tu casa bien hecha o sexo de calidad: deja que trabajen los profesionales.

sábado, 12 de marzo de 2011

Oh, Capitán, mi Capitán! Y tú tan cuerdo...

Nada resulta tan interesante como la locura. Ni tan atractivo. Benditos locos. En realidad ellos consiguen desprenderse de las inhibiciones que el resto disfrazamos de convencionalismos para no asumir nuestra cobardía (léase cordura).

Cuando me sorprendí hablando conmigo mismo me dije: estás loco. Qué pena. Después me sorprendí contestándome y, para entonces, ya había perdido toda oportunidad de estarlo… de serlo. Sólo podía aspirar a ser un cuerdo que había elegido como interlocutor a sí mismo. Economía del esfuerzo, supongo.

Lo que quiero compartir -en principio conmigo- son esos momentos en que jugamos a cruzar constantemente la frontera, consciente o inconscientemente. ¿Por qué? Sólo para divertirnos. ¿Hay un motivo mejor?

Nadie debe juzgarme. Al menos no debe hacerlo esperando que tenga en cuenta su opinión. ¿Falta de humildad? Es lo que tenemos los aspirantes a locos… esas cosas nos dan igual. Opinar es gratis y eso se nota. Alguna vez leí –disculpen la cita incompleta- que las opiniones son como el culo: todo el mundo tiene uno.

Ahora que usted ha aceptado que me dará igual lo que piense y que yo me he comprometido a ser algo menos gilipollas… podemos continuar.

Desde hace algún tiempo, la locura no es una enfermedad. Psiquiatras y psicólogos se han apresurado a descomponerla en decenas de patologías que liberan a la locura de tal sospecha, convirtiéndola en algo maravilloso. Antes todos éramos locos, sólo que a unos se les notaba y a otros no. Ahora hay maníacos, depresivos, psicóticos, paranoicos, bipolares, esquizoides… Y, ojo, no los confundas que se molestan. Hemos cambiado la camisa de fuerza por el Prozac, las paredes acolchadas por los divanes y, sobre todo, hemos dotado de bondad, capacidad de riesgo, impulsividad, descontrol y otras cualidades positivas a la locura. No sé si habrá sido un acierto.

Hablar con uno mismo, entonces, no es síntoma de ausencia de salud mental. Al menos si de cuando en cuando también hablas con quienes te rodean: recuerda, no deben pensar que estás loco… Querrían copiarte.

martes, 8 de marzo de 2011

Good news! PETÍCOMITÉ

Es una realidad, al menos temporal como todas mis realidades. PETÍCOMITÉ: una plataforma, un espacio, un momento de creación y generación de microeventos (¿culturales?).
El primero fue EL DÍA DE LOS ENHUMORADOS. Una broma que se me fue de las manos 'por culpa' de tanta gente con ganas de hacer/consumir cosas (nos reunimos unos cuantos el sábado más cercano al día de los enamorados con el único objetivo de salir con mejor humor del que entramos: Pepe Damas nos preparó una hermosa exposición de fotografías que gracias a Natalia Villa disfrutamos proyectadas en la sala de arte OlorAMAR, Kiko Castro, Pablo Perera y Carmen Cabeza nos hicieron reir -mucho- con sus monólogos y, para terminar, Ismael Perera compartió su talento musical con algunas versiones y canciones propias para su proyecto Insomnia).
Habrá más, no sé bien qué haremos... pero haremos cosas. A los amigos de facebook he empezado a proponerles algunas cosas (busca en mis fotos de muro algunas propuestas visuales: speedacting, recortados, el club de los gafapasta...).
El nuevo microevento de PETÍCOMITÉ, sea cual sea, se diferenciará del anterior en la participación, en la interacción de los asistentes que, en un gran número, espero se conviertan en participantes.
¿Te apuntas?

lunes, 10 de enero de 2011

Good News! Déjame en paz.

Aquí estamos, en 2011. Sí, como si se tratase de un lugar. Así lo enfocaré este nuevo año. No voy a considerar que se trata de un 'tiempo' en el que hacer cosas (o sólo proponérmelas) sino un espacio en el que desarrollar algunos proyectos que puede que no sean precisamente nuevos. Hasta ahora siempre había pedido al año nuevo que me dejara en paz... sin conseguirlo. Es mi turno de hacer algo.
'Necesito' cambiar algunas cosas. Esa no es una buena noticia.
'Quiero' cambiar, al menos, unas pocas de esas cosas. Esa sí que es una buena noticia. Por primera vez en no sé cuánto tiempo tengo actitud (a ver lo que dura).
Eso sí, no garantizo cambios radicales. No tengo esa capacidad.
Quiero mantener mis relaciones personales. ¿Cuál es el cambio? Pues que quiero y espero que sean, todas, carreteras de doble sentido. De otro modo no tienen ya sentido.
Quiero cambiar mi relación con el tiempo. No. No haré uno de esos cursos de gestión de recursos personales. Creo que sólo debo distribuir el peso del total de mi tiempo (profesional y personal) de otra manera, pero consiguiendo mejores resultados o, al menos, resultados distintos.
Quiero, sobre todo, cambiar mis espectativas: abandonar aquellas 'secas' que parasitan la ilusión y potenciar algunas que, aunque no quiera creer que son posibles, merecerá la pena soñar sobre ellas.
La buena noticia es que, haciéndo esto público, firmo una especie de compromiso conmigo y contigo. No esperes a alguien mejor. Sólo a un tipo con más momentos felices. ¿Compartiremos algunos?