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sábado, 12 de marzo de 2011

Oh, Capitán, mi Capitán! Y tú tan cuerdo...

Nada resulta tan interesante como la locura. Ni tan atractivo. Benditos locos. En realidad ellos consiguen desprenderse de las inhibiciones que el resto disfrazamos de convencionalismos para no asumir nuestra cobardía (léase cordura).

Cuando me sorprendí hablando conmigo mismo me dije: estás loco. Qué pena. Después me sorprendí contestándome y, para entonces, ya había perdido toda oportunidad de estarlo… de serlo. Sólo podía aspirar a ser un cuerdo que había elegido como interlocutor a sí mismo. Economía del esfuerzo, supongo.

Lo que quiero compartir -en principio conmigo- son esos momentos en que jugamos a cruzar constantemente la frontera, consciente o inconscientemente. ¿Por qué? Sólo para divertirnos. ¿Hay un motivo mejor?

Nadie debe juzgarme. Al menos no debe hacerlo esperando que tenga en cuenta su opinión. ¿Falta de humildad? Es lo que tenemos los aspirantes a locos… esas cosas nos dan igual. Opinar es gratis y eso se nota. Alguna vez leí –disculpen la cita incompleta- que las opiniones son como el culo: todo el mundo tiene uno.

Ahora que usted ha aceptado que me dará igual lo que piense y que yo me he comprometido a ser algo menos gilipollas… podemos continuar.

Desde hace algún tiempo, la locura no es una enfermedad. Psiquiatras y psicólogos se han apresurado a descomponerla en decenas de patologías que liberan a la locura de tal sospecha, convirtiéndola en algo maravilloso. Antes todos éramos locos, sólo que a unos se les notaba y a otros no. Ahora hay maníacos, depresivos, psicóticos, paranoicos, bipolares, esquizoides… Y, ojo, no los confundas que se molestan. Hemos cambiado la camisa de fuerza por el Prozac, las paredes acolchadas por los divanes y, sobre todo, hemos dotado de bondad, capacidad de riesgo, impulsividad, descontrol y otras cualidades positivas a la locura. No sé si habrá sido un acierto.

Hablar con uno mismo, entonces, no es síntoma de ausencia de salud mental. Al menos si de cuando en cuando también hablas con quienes te rodean: recuerda, no deben pensar que estás loco… Querrían copiarte.

martes, 8 de marzo de 2011

Good news! PETÍCOMITÉ

Es una realidad, al menos temporal como todas mis realidades. PETÍCOMITÉ: una plataforma, un espacio, un momento de creación y generación de microeventos (¿culturales?).
El primero fue EL DÍA DE LOS ENHUMORADOS. Una broma que se me fue de las manos 'por culpa' de tanta gente con ganas de hacer/consumir cosas (nos reunimos unos cuantos el sábado más cercano al día de los enamorados con el único objetivo de salir con mejor humor del que entramos: Pepe Damas nos preparó una hermosa exposición de fotografías que gracias a Natalia Villa disfrutamos proyectadas en la sala de arte OlorAMAR, Kiko Castro, Pablo Perera y Carmen Cabeza nos hicieron reir -mucho- con sus monólogos y, para terminar, Ismael Perera compartió su talento musical con algunas versiones y canciones propias para su proyecto Insomnia).
Habrá más, no sé bien qué haremos... pero haremos cosas. A los amigos de facebook he empezado a proponerles algunas cosas (busca en mis fotos de muro algunas propuestas visuales: speedacting, recortados, el club de los gafapasta...).
El nuevo microevento de PETÍCOMITÉ, sea cual sea, se diferenciará del anterior en la participación, en la interacción de los asistentes que, en un gran número, espero se conviertan en participantes.
¿Te apuntas?