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miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ahora que lo pienso... ¡mejor en guagua!

Ir en transporte público es como cenar con tu suegra: molesta, pero a veces no queda más remedio que hacerlo.

La guagua. Recibe otros nombres como autobús, bus… aunque el que más me gusta es ‘Colectivo’. Le da un toque solidario: estás metido en él pero formas parte de un todo. Cuando lo llamamos transporte público nos hace sentir eso, como público y nos dedicamos a mirar qué pasa. Es como una especie de ‘Bus Turistic’… pero de Callejeros. Te hacen un tour por la periferia, los barrios conflictivos y los sitios donde está la gente mala: como el Ayuntamiento, Hacienda, los Bancos…

El primer problema que tienes cuando no eres usuario habitual de la guagua lo tiene también U2: sin bono no es lo mismo. Le das un billete de diez euros al conductor (antes lo llamábamos ‘chófer’ y no se ofendían, ahora ni le puedes hablar) y te suelta:

“¿No tienes nada más pequeño?”
“Sí, pero no quiero hablar de mi pene delante de todos estos desconocidos”, contestas con chulería.

Cuando te da el cambio te preguntas por qué te pidió algo más pequeño. Buscas un asiento, intentando no sentarte junto a nadie, lo más atrás posible (eso se queda grabado en el subconsciente de las excursiones del colegio) y buscas qué hacer.

Como llevas un ratito allí dentro, te entra la tentación:

“Si cojo el martillito ese para romper la ventanilla ¿se enterará alguien?”

Entonces te acuerdas de lo que te cobraron y decides quedarte con el martillito. Ya le buscaré utilidad. Mira, si me bajo en un barrio chungo puedo usarlo para defenderme o quizás para robar un banco.

Un estremecimiento te saca de esos absurdos pensamientos: se aproxima tu parada. Buscas el botoncito ese para avisar de que te bajas en la próxima. ¡Horror! Te genera más tensión que una película de Amenábar o una cita con la hermana de tu jefe. Se enciende un cartelito:

“Parada solicitada”.

Sí, solicitada está pero… ¿no me lo confirmas? Hasta que el tío para del todo estás ‘acojonado’.


El Metro. Está más organizado. Se llama Metro en todas partes… Bueno, menos donde miden en pulgadas. ¡Ellos sabrán! Lo primero que sorprende del Metro es que está bajo tierra. ¿Por qué? Cuando te fijas en el entorno te das cuenta de que lo entierran porque no les queda sitio fuera. Bueno, pues bajas, aprendes a leer qué línea coger, el andén al que tienes que ir… Y mientras vas buscando te ves sorprendido por una estampida de ejecutivos, punkis, deportistas y demás, todos corriendo, sin mirar a quién empujan, a quien pisotean o tiran por las interminables escaleras mecánicas.

Llegas al andén, vacío porque todos subieron al último tren dejándote fuera, y ves un cartelito que pone:

“Próximo tren en 2 minutos”.

¿Por qué corre esa gente? ¿Qué tipo de vida llevan que no pueden perder dos minutos? No es por trabajo, corren a todas horas. Cuando consigues entrar en uno –pueden pasar varios y nunca ganas a esa marabunta- te das cuenta de que no tienes nivel. Todo el mundo lee. En la guagua (autobús para los que tengan mala memoria) nadie lee pero en el Metro… te sientes analfabeto. Todo el mundo con unos libros gordísimos. Otros usan el iPhone para ver su correo, entrar en facebook:

Javier Rodríguez va ahora mismo en el metro
Hace 1 minuto a través de facebook para iPhone

Menos mal que lo pusiste, crack, no sé si mi día hubiese tenido sentido sin ese relevante dato. Pues ahí no queda la cosa. Enseguida alguien pone “Me gusta”. Estamos mal.

Cuando llegas a tu parada descubres que la gente corre menos para salir. ¿Se le acabó la prisa a todo el mundo? Sales a la calle y respiras aliviado. Por ver la luz del sol ¡y por dejar de escuchar a tanto músico! Nadie está diseñado para tanto acordeón.


El Tranvía. Es un metro al aire libre, para ciudades que tienen un poco más de espacio en la superficie. La gente suele colarse y no pagar. Normal. También es caro. Tiene las ventajas del Metro y la guagua: es puntual y vas viendo Callejeros. Lo que no me gusta es que son demasiado modernos. Los antiguos (tipo San Francisco, con los usuarios colgando por todas partes) eran más interesantes.


Bueno, me voy que se me escapa la guagua. Iría en Metro, pero no sé leer.